jueves, 9 de enero de 2014

Las mejores películas del 2013

Como la cosa va de listas, aquí va mi peculiar top ten de las películas estrenadas en España a lo largo del 2013. He de reconocer que me he saltado algunas citas importantes, y dejo fuera de la lista el estreno de Lars Von Trier que todavía no he tenido tiempo de ir a ver. Del 10 al 1.


10. On The Road. Walter Salles. Me sorprendieron gratamente los largos planos de Kristen Stewart con la mirada perdida escuchando un viejo blues en la radio averiada de un coche mientras el paisaje se iba acomodando al color de su mirada , ¿o era al revés? La voz en off que desgarraba una historia de personajes ya perdidos de antemano.. y ese final. No he leído la novela así que entiendo que los que lo hayáis hecho no podáis soportar la comparación. A mí en cambio, que entré en la película libre de juicios, me pareció un viaje delicioso. 



9. Bestias del sur salvaje. Behn Zeitlin. Fui a verla porque la ponían antes de Amour de Haneke, que era la que en realidad quería ver, sin embargo cuando acabó la frase con la que la pequeña protagonista de este cuento antiglobalización concluye su relato, supe que Haneke no tenía nada que hacer. Literalmente la frescura de esta película desprovista de intensidades y pretensiones, se queda dentro. El perfeccionismo de Haneke a su lado, sonaba como un vals al lado de una buena samba brasileira. 




8. Django. Quentin Tarantino. Le concedo a Tarantino el puesto 8 por la segunda mitad de la película, que es más o menos desde que aparece Leonardo DiCaprio hasta el final. Durante la primera parte de Django me pareció que Tarantino seguía demostrando un verdadero dominio de las claves del western de serie B, pero que adolecía de una insoportable falta de ritmo e interés. Sin embargo, la escena de la cena en la que Tarantino mezcla hasta el clímax los diálogos, la tensión dramática y una interpretación soberbia del susodicho DiCaprio unido a esa genialidad para mezclar géneros: el western y (me acaba de soplar mi primo Ned Ludd que se llama blaxplotation) hacen que el autor de Kill Bill merezca un puesto en mi lista de honor.

7. El último concierto. Yaron Ziberman. Sutil y  delicada, pieza de orfebrería sobre las tensiones entre el individuo y la sociedad. Melodrama neoyorquino contenido sobre el ego, el arte, la música, la inspiración, la familia. La metáfora del cuarteto musical le sirve al director como símbolo para elaborar una interesante reflexión sobre la combinación de todos estos elementos y la necesidad de lograr una armonía entre lo propio y lo colectivo. La podría haber dirigido Bergman y se hubiera llamado Sonata de otoño, también la podría haber dirigido Woody Allen, se hubiera llamado Interiores.

6. Tesis sobre un homicidio. Hernán A Golfrid. Me fascinó. Entiendo que no tengo muchos motivos para justificarlo. Pero a veces con las cosas que te fascinan sucede eso. Creo que realmente lo que me atrapó de está película es su capacidad para ofrecer ninguna respuesta y todas. Cualquier respuesta encaja. No hay verdades. La única verdad acerca de la realidad es que la realidad se transforma con nuestra mirada. Eso es el cine. Y eso me atrapó, si me lo sirves con una buena guarnición de diálogos argentinos....ya te pongo el sobresaliente.

5. Ayer no termina nunca. Isabel Coixet. Original, arriesgada, dura, desbordada y honesta. Entiendo que algunos vieran en la película de Coixet un ejercicio de artificio narrativo casi manierista, pero a mi me conmovió. Los diálogos estaban llenos de verdad, había un poso cotidiano tanto en la historia de los protagonistas como en la interpretación de los actores. Me pareció un ejercicio trágico, en el sentido de hacer hablar a las dos partes atravesadas de un conflicto que dialoga con la realidad socioeconómica de la crisis, y encontrarlas víctimas y verdugos de su propia historia. Entiendo que es una propuesta intimista que no tiene porque encajar en los gustos de cualquiera, pero  me parece que el arte también tiene que saber vibrar  con las pulsaciones de su tiempo.


4. La Caza. Thomas Vinterberg. Cuando hice mi tesina y dije que el punto fuerte de Lars Von Trier había sido recoger la herencia del tema más importante del imaginario nórdico, el individuo contra la comunidad, el tribunal me dijo que esa era una afirmación gratuita ya que no estaba claro que eso correspondiera al imaginario nórdico, pese a mis referencias a los cuentos de Andersen, a los textos de Kirkegaard y a las obras de Ibsen. Me pregunto si de haberse estrenado La Caza para aquel entonces, la opinión de mi jurado hubiese sido distinta, ya que una vez más Vinterberg, como ya hizo en su ópera prima Celebración, vuelve a tensar al máximo los dos polos de una misma cuerda; el individuo y la comunidad. En esta desasosegada película la narración se centra sobre un malentendido en el que se forja una calumnia que propicia la caza de la comunidad contra el protagonista de la película ¿Pero qué escenario social hay detrás de La Caza? ¿Qué es lo que convierte a Lucas en un blanco fácil para la sociedad en la que vive? Si nos adentramos en la reflexión que nos propone Vinterberg, como en el mejor cine europeo contemporáneo, hallaremos algunas de las mejores  respuestas  sobre la condición humana.

3. No. Pablo Larraín. Las películas no son independientes del momento en que se producen. Larraín, un joven hijo de las generaciones que propiciaron el cambio en Chile, dirige una película sobre Renee Saavedra, el publicista que dirigió la campaña del No en el referéndum contra Pinochet de 1988. La clave genial de esta película es como Larraín utiliza un hecho del pasado para hablar del presente y del futuro. En un momento de agitaciones y cambios ( las primaveras árabes, los movimientos indignados,  el occupied Wall Street, la revolución turca, y brasileña), No es una película sobre las herramientas y las estrategias con que se dio ese cambio en el pasado, los peligros de las transiciones pactadas, y los peligros de los dogmatismos inflexibles. En otras palabras, es una película sobre el difícil camino de la izquierda para conquistar el discurso. 





2. Inch' Allah. Anaïs Barbeau Lavalette.  Esta no es una película palestina. Es una película de una directora francesa sobre una médica canadiense en Palestina. La prudencia de la mirada externa ya me parece todo un acierto, en contraposición con todas aquellas películas que pretenden hacernos penetrar en "la realidad palestina" a través de "sus propios protagonistas". Ninguno de nosotros, occidentales, podemos saber lo que es vivir en territorio palestino, ni ser palestino. A lo máximo que estamos capacitados es a verlo desde fuera. Verlo desde fuera es asumir la contradicción, asumir la contradicción es tomar partido, tomar partido por la vida también es tomar partido por la muerte. La vida y la muerte no significan lo mismo en Cánada que en Cisjordania. La cámara de esta película capta esa ruptura, se la ofrece al espectador en estado visceral y lo contrapone a un universo donde hasta él mismo deja de ser inocente. Soy de la firme convicción que las películas, a veces, deben incomodarnos. ¿De qué otra manera podemos hablar de Palestina sino es desde el malestar? Cualquier película, con intenciones más o menos radicales, que nos deje en el cuerpo un solícito sentimiento de autocomplacencia nos está mintiendo.




1. La gran belleza. Mario Sorrentino. El cine es el cine y a él me debo. Y para ser honesta con él, con sus lenguajes y su historia, debo admitir que La gran belleza es La Gran Película. Si, si, si, es la obra maestra que todos estábamos esperando. Meticulosa, cuidada en sus detalles, pictórica, emotiva, sugerente. La Gran Belleza es como ir a un buen museo acompañado por la persona adecuada, La Gran Belleza tiene lo que tienen todas las películas más esa otra cosa que la convierte en irrepetible , La Gran Belleza es la especia secreta que convierte un plato vulgar en una cena sofisticada, La Gran Belleza habla de todas las cosas importantes de las que habla la literatura europea: el arte, la vida, la belleza, el amor, la vejez, la muerte, Dios, el placer, la política, la falsedad, el malestar, la locura pero también habla de algo más: de la Gran Belleza, es decir, del último sentido, del por qué de todo esto. 


1 comentario:

  1. Destacar la 1,3,4 como muy muy buenas!! Algunas no ví y la 6 no la veo merecedora. :-)

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