martes, 15 de abril de 2014

Patológicas (III Parte)


Si en mi obra hay un tema , sospecho que es uno simple,  al final: ¿qué nos hace perdernos? ,  
¿qué dejamos que  la sociedad haga con nosotros?

Richard  Yates





Nuevo repaso a  las profundidades del laberinto mental. Allí donde los personajes de ficción nos devuelven una perspectiva inquietante o diferente de la realidad.

- Revolutionary Road. Sam Mendes. 2008.

El escritor argentino Rodrigo Fresán dijo sobre "Revolutionary Road" que era "una novela de terror sin monstruos imposibles que la hagan soportable". Esta obra, que adaptó Sam Mendes en 2008, no se deja captar fácilmente, es perversamente ambivalente y permite hacer interpretaciones en direcciones opuestas que sin embargo encajan simultáneamente.  La historia nos narra los problemas matrimoniales de Frank y April Wheleer, dando unas de las interpretaciones más complejas de sus carreras Leonardo Di Caprio y Kate Winslet. Los sueños perdidos de la juventud y las necesidades de huir de los convencionalismos que el american way of life impone sobre el individuo es una de las lecturas más extendidas e inmediatas que surgen tras el visionado del filme. Sin embargo, quedarse en esta mera crítica social es anular el resto de temas que aborda la película así como la riqueza de matices que nos ofrecen sus dos personajes protagonistas. 



-April Wheleer: April Wheleer tiene algunas semejanzas con el personaje que interpreta Julianne Moore en Las Horas. Su condición de patológica viene dada en cierta medida por rechazar las reglas de la sociedad de su época y por ser incapaz de sentirse plena y satisfecha en ese acomodado bienestar sobre el que la sociedad ha hundido sus cimientos: la familia tradicional. En este sentido, su insatisfacción se convierte en una forma de cuestionamiento del status quo que aparece reflejado en el propio título de la obra "Revolutionary Road". Pero mientras Julianne Moore mostraba un cuadro de tipo depresivo, pasivo, incapaz de articular un discurso, April Welheer se nos muestra como un personaje activo, perfectamente consciente de la distancia que hay entre la realidad diaria y sus deseos. La problemática que plantea es que si bien por un lado su necesidad de romper con la cotidianidad da muestras de un valiente inconformismo también es cierto que su discurso encierra  un absoluto  delirio carente de todo tipo de realismo.
Su defensa a ultranza de abandonar la vida en América en pro de una aventura bohemia en Paris, en la que Frank se convierte en escritor y en la que pese a vivir sin ingresos estables logren mantener a   toda la familia, es sencillamente una fantasía, una fantasía construida sobre un miedo aún más profundo que el de someterse a las convenciones: el de reconocer la propia mediocridad. 



Recordemos un momento la escena que da inicio a la película, el momento en que April y Frank se conocen en una fiesta: aquí April dice que está estudiando para ser actriz. La  siguiente escena, años después, nos muestra la obra de teatro que April hace con los vecinos del barrio. Es precisamente el fracaso de su carrera como actriz lo que da inicio a la primera discusión de la pareja en el coche de regreso a casa. Por lo tanto, la raíz de la insatisfacción de April a poco que ahondamos, no está en la sociedad, está en ella misma, en ser incapaz de responder a sus propias expectativas. Frente a esto, lo que April pretende a lo largo de toda la película es  suplir con la experiencia de una vida intensa, la falta de talento. 

April proyecta en  Frank su carencia de habilidades, pretende que sea él quien triunfe (por ella), que sea él quien renuncie a los privilegios de  clase media (por ella), pretende que otros se hagan cargo de sus sueños ( y de sus frustraciones).  Su lugar en esta tragedia familiar está muy a medio camino entre el de  víctima y  verdugo, por una parte sufre las imposiciones de una vida que no desea y la traición de un marido que la remite a ocupar un lugar de esposa sacrificada que no le corresponde, por otra parte,  se deshace de toda responsabilidad personal al culpar a Frank de todas sus carencias e insatisfacciones,  le culpa de no cumplir con sus caprichos por más temerarios que estos resulten y finalmente le castiga atrozmente, castigándose a si misma. 

Aquí está la ambivalencia, a la que me refería al principio. ¿ Es una película sobre el peso de una sociedad recayendo sobre la libertad del individuo? ¿ O es una reivindicación de la normalidad, de lo cotidiano frente a los fantasmas de las expectativas exageradas? La amargura del final y la complejidad de las intenciones de cada personaje hacen que ambas cosas estén presentes en la película, como el juego de palabras que hace el vecino supuestamente "loco": "Los encantadores jóvenes Welheer de la calle Revolucionarios, los encantadores jóvenes revolucionarios de la calle Welheer"



Desde luego, lo segundo suena bastante más reaccionario que lo primero, y sin embargo no puedo evitar ver en April Welheer a una Emma Bovary contemporánea,  contagiada de una idea de la vida que sólo existe en los libros y en el teatro pero que se desvanece al convertirse en realidad  como aparece perfectamente reflejado  en esta conversación que April mantiene con unos de sus amigos:

- No tenía que ser París
-Tu sólo querías desaparecer...
-Quería aparecer...Quería que viviéramos otra vez. Durante años creí que compartíamos un secreto. No sé exactamente cuál, pero la sola posibilidad me mantenía esperanzada. Es tan patético eso, poner todas tus esperanzas en una promesa que nunca fue hecha. ¿Ves? Frank lo sabe...sabe lo que quiere...el ha encontrado su lugar, él está bien así, matrimonio, dos hijos. ...debería ser suficiente...lo es para él. Y tiene razón. Nunca fuimos seres especiales ni destinados a nada en absoluto.


¿ Quién es April Welheer? ¿Heroína inconformista  o perturbada vengativa? Finalmente, sólo puedo estar de acuerdo con Yeats en que esta es una obra sobre la descomposición personal de dos individuos  que acaban siendo víctimas de lo que la vida espera de ellos y de lo que ellos esperan de la vida. 

5 comentarios:

  1. Excelente análisis del personaje de Kate Winslet. Recuerdo que vi la película hace ya tiempo y que me gustó mucho. La actuación de la pareja es magnífica; veo que Di Caprio mejora con los años, como los buenos vinos (hace muy poco vi "El lobo..." y me encantó su actuación en ese zoo que presenta el film.
    La comparación del personaje de la Winslet con el de Julianne Moore en "Las Horas" es muy pertinente, aunque es cierto que los años 50 en que se sitúa el personaje de esta última y los de April Welheer no han pasado en balde: el conflicto es íntimo pero ahora se vierte hacia el otro, siempre la culpa es del otro. Creo que es la tónica de nuestro tiempo: Nadie es culpable, siempre habrá otro al que culpar de lo que a mí me ocurra.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias. Creo que lo fundamental entre los dos personajes es que la tristeza de Julianne Moore se explica por los condicionantes sociales que le impiden comportarse de una determinada manera, ser libre. Mientras que Kate Winslet es más histérica, su insatisfacción no creo que dependa tanto de circunstancias externas como internas. Aunque es una lectura muy personal. Casi todo el mundo suele coincidir en que el cobarde es Leonardo DiCaprio y April representa a una verdadera heroína feminista, no estoy del todo de acuerdo, creo que efectivamente la interpretación de ambos da muchos matices sobre la personalidad de cada uno y la relación que mantienen.

    ResponderEliminar
  3. Me encanto la película y el análisis que haces me parece muy atinado.
    Personalmente creo que es lo mejor que han hecho ambos actores, los personajes son muy complejos. No creo que April sea una heroína, quizá este un poco perturbada por esperar demasiado de la vida... sin embargo tampoco la encasillaría aquí.

    Me ha encantado tu blog, me quedo por acá. Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias...efectivamente, la complejidad de los personajes es lo que dificulta colocarlos en una sola categoría y sería injusto tanto para ellos como para su creador. April Welheer se merece más que ser encasillada en un sólo "perturbada patológica" o "heroína feminista" posiblemente en medio encontremos a un personaje mucho más humano, que heroico o enfermo, y que pueda ser visto o interpretado desde tanto ángulos, da muestras de la contundencia de la obra y de la interpretación con que los actores rehuyen de ser fácilmente etiquetados por el espectador. Gracias, otra vez! Bienvenida!

    ResponderEliminar
  5. Un drama de ley que nos deja un sabor acidulante pero con la certeza de que se trata de un buen film.
    Muy buena entrada. Un saludo

    ResponderEliminar