domingo, 14 de febrero de 2016

NOS MUDAMOS A WORDPRESS


Debido a problemas técnicos y de intendencia general quizás Redrum en formato podcast este un tiempo sin emitirse, lo que me ha parecido una excelente ocasión para reavivar mi antiguo romance con el texto escrito. Para ello hemos hecho reformas en la casa y nos hemos mudado a Wordpress, una decisión que a decir verdad no tenía muy clara, dada las comodidades que me ofrecía la casa actual y las largas horas que he pasado sintiéndome inútil  delante de las plantillas de wordpress y su incomprensible insistencia en hacerlo todo tedioso y complicadísimo. Pero asumiendo ya, que nunca seré una experta en esa endiablada y harto compleja plataforma, y que probablemente se me escapen muchas de sus posibilidades, creo que que el diseño del blog se parece más a lo que es Redrum ahora, o a lo que pretendo que sea.

Los que acostumbrabais a pasaros por aquí, espero que hagáis lo propio en  nuestro nuevo hogar:

www.redrumblues.wordpress.com 

Feliz domingo y a disfrutar del arte y de todo lo prohibido!!!!





viernes, 15 de enero de 2016

Las mejores películas de 2015


Este año llego tarde a todo. Hasta a uno de mis rituales  más sagrados, que es aquel que sólo tengo  conmigo misma y he regado con cerveza barata por una razón que un día pareció muy importante, casi una esencia y hoy es imposible recordar: la lista de las mejores películas del año, redactada con esfuerzo, lápiz y goma el día 30 o  31 en un bar a solas, celebrando ese bien nunca suficientemente valorado en este mundo de dictaduras conyugales: el de reservarse tiempo para una, para mirar el ir y venir de los autómatas, de los grandes almacenes, de los gestos neuróticos...las luces psicóticas de la Navidad bajo cielos estupefacientes.

No llegué a esa cita este año porque me quedaban películas importantes por ver... "Langosta" "El club" "La novia". Como iban pasando los días y no había manera...grabé el programa sin verlas todas. Y "La Novia" por desgracia, no se encuentra en la lista de las 10 mejores películas que grabé. Ahora que la he visto y he sucumbido a ese espectáculo de belleza poética creo que se merece estar en la lista. En cualquier caso, lo de la lista es un pretexto, una excusa cualquiera para hacer balance de lo que uno ha mirado, entender los cómo y los por qué de las imágenes que se han quedado esculpidas  en la retina, una manera de pensar en el arte para no pensar en la vida.






La película que más ha dado que pensar fue Langosta. Aunque a favor de Paula Ortiz y de Assayas he de decir que sus dos obras dieron para varias horas de debate. En el caso de La Novia casi convertimos a Lorca en un psicoanalista en el que pudimos ver reflejadas todas nuestras pasiones, pero es que cuando vas al cine con alguien que se sabe de memoria todo tu historial, es lo que pasa. Para hablar de The Lobster me desplacé hasta el Videoclub Stromboli, uno de los enclaves o refugios que todavía conservo en Valencia y que continúan siendo un buen lugar donde dejarse caer cuando la vida te abruma, cuando buscas algo que no sabes nombrar o cuando quieres hablar de amores perdidos. Allí hablé con Dani Gascó , crítico de la revista Turia, un entusiasta de Langosta que accedió a discutir con los micros, de esta nuestra casa, sobre sus distintos significados. ¿Película romántica o antiromántica? ¿Toda relación es una mutilación? ¿Qué es preferible la ceguera compartida o la fuga solitaria?






En esas disyuntivas nos pone el director griego en un terreno distópico donde ninguna interpretación posible parece ofrecer solución a salida ante un universo asfixiante que niega cualquier ejercicio de libertad: ni la libertad del individuo es una libertad verdadera, ni la libertad de amar resuena con la autenticidad del amor sino con el lenguaje simétrico de los cuerpos. Esto en terreno navideño nos recuerda la estupidez de los rituales: las parejas, las bodas, las familias, las navidades estupefacientes...



En concreto me recuerda a la frase que me dijo una chica que conocí en el Norte estas Navidades ya a  altas horas de la madrugada hablando de la soledad: " Tengo la sensación de que hay parejas que se conforman con que haya feeling, cualquier cosa en común, para  estar juntas ....Yo creo que el amor tiene que ser algo más que eso...tiene que ser algo más..."

Tiene que ser algo más. Que me atropelle un camión de Ikea si no lo es.

10. White God (Kornel Mundruzko)

9. Birdman (Alejandro González Iñárritu)

8. Selma (Ava Duvernay)

7. La Verdad (James Vanderblit)

6. Nadie quiere la noche (Isabel Coixet)

5. La desaparición de Eleanor Rigby ( Ned Benson)

4. Del Revés (Pixar) Peter Docter, Michael Arndt,

3. La Novia ( Paula Ortiz)

2. Las nubes de Sils María ( Olivier Assayas)

1. Langosta (Yorgos Lanthimos)


sábado, 5 de diciembre de 2015

Lecturas Irreverentes : Parte 2

Más vale un traje a medias que un cuerpo complicado 
Javier Erro

Con Baudelaire también nace el punk
Adrián Bernal

Tu nombre permanece en la mente de las personas decentes
Guy Debord





Soy de la opinión de que una de las cosas más terribles que puede ocurrirle a la existencia cotidiana es la obviedad. Ese momento en que ya sabes que ha ocurrido todo lo que tenía que ocurrir y que puedes acabar las frases de las personas que te rodean, la obviedad es un estadio superior al tedio, en el tedio no ocurre nada, en la obviedad, además, el entorno se ha acomodado tanto a su propia versión del mundo que insisten en explicarla. La obviedad es una especie de enfermedad contagiosa que se propaga por sectores y gremios, con su propia mitología, su propio léxico. Una vez se ha instalado, poco se puede hacer para erradicarla. Quizás uno de los pocos antídotos que se conocen contra la obviedad es precisamente la poesía. En este programa queríamos poner las manos, los ojos, los oídos, las palabras en esas grietas que a veces se abren en ciertos actos cotidianos y dejan a la luz  la incongruencia, el desajuste, la locura colectiva, el lapsus, el vacío, la mancha oscura de humedad en la pared del enemigo.

Deshacer el orden natural de los factores con la esperanza de alterar el producto, demostrar que el emperador está desnudo, que dos más dos no siempre son cuatro, que el sentido común es una invención occidental, que el a, anti,anticapitalista de etiqueta es a menudo una marca a medio camino entre la convención reduccionista y el miedo a explorar el mundo externo, que la utopía y la literatura son quizás primas hermanas, que ningún viaje tiene camino de vuelta, que las ciudades crecen hacia dentro y hacia fuera, que el que vive en ambas tiene derecho a confundirlas y que a veces delimitar geografías tiene más que ver con levantar muros que con extender mapas, que la a, anti, anticapitalista de etiqueta ha renunciado a su papel de esposa y madre abnegada, condenando al olvido a las abuelas, para ser parte de la primera generación de mujeres con capacidad para elegir entre una gran variedad de desordenes alimentarios y trastornos mentales, que los gobiernos locales quieren corromper también a nuestros poetas, levantando altares póstumos sobre los que, de estar vivos, estos hubieran escupido.




De todo esto hablamos con dos jóvenes autores: Javier Erro es psicólogo crítico y autor de dos poemarios "Coser sin Máquina" y "Los hombres de verdad" (inédito) además acaba de escribir un artículo-ensayo sobre las relaciones de poder en la relación terapeuta-paciente http://primeravocal.org/terapeutas-egocentricos-pacientes-ausentes-apuntes-sobre-relaciones-terapeuticas-de-javier-erro/.
Y Adrián Bernal es antropólogo social y cultural y tiene editados dos poemarios "Veintiún días de Abril y Marzo" (Dispara la palabra) y "Todas las ciudades del fuego" ganadora del XIII Certamen Internacional Miguel García Ramos, además colabora en la sección culturas del Periódico Diagonal https://www.diagonalperiodico.net/culturas/27827-latido-margenes.html

Como en el anterior Lecturas, proponemos un viaje singular al centro de la creación poética donde se difuminan las fronteras entre escribir y resistir, y donde la evidencia de un mundo salvaje convierten cada reflexión en una pregunta sostenida. Soltad amarras, certezas, anestésicos y soldaduras....vamos ligeros de equipaje, justos de dinero y gasolina, pero garantizamos buena música y mejor compañía.

Créditos en orden cronológico

Olavi Vitra and the Harmony Sisters- Sinitaivas ( Banda Sonora de Los Amantes del Círculo Polar)
La Otra-Cada vez
Ólafur Arnalds- Main Theme Broadchurch (Banda Sonora de la serie británica Broadchurch)
Palito (cantautora)- La Entrevista
Robert Johnson- Crossroads
Bob Dylan- Mr.Tambourine Man
Ólafur Arnalds- Danny de la Bso de Broadchurch.

Fragmento películas

Todas las canciones hablan de mí. (Jonas Trueba)
Fragmento que forma parte de la novela La insoportable levedad del ser  (Milán Kundera)
Pacto de silencio. (Robert Redford) Película que trata con retrospectiva los movimientos políticos de resistencia de los años setenta en Estados Unidos: la Weather Underground.

Recomendaciones

Blog de Adrián Bernal https://rimbaudvuelveacasa.wordpress.com
Anatomía de la memoria de Eduardo Ruiz Sosa
Layla Martínez Las canciones de los durmientes http://vidadeperrxs.blogspot.com.es/2015/04/bso-de-las-canciones-de-los-durmientes.html

domingo, 27 de septiembre de 2015

Ayotzinapa un año después. La desaparición del futuro.



La lucha de  la memoria contra el poder
es la lucha de la memoria contra el olvido. 
Milan Kundera 





Hace un año recibí una llamada desde México. Al otro lado de la pantalla  alguien me increpaba por no saber lo que había ocurrido. Pero esa persona tampoco podía explicármelo. Sólo unía palabras atropelladamente y decía " como conejos, los han desollado como conejos". 

Punto.


A la mañana siguiente empecé a buscar información en medios digitales mexicanos y a hacer otras llamadas para comprender qué es lo que había sucedido en Iguala la noche del 26 de Septiembre. Las primeras noticias eran dudosas, las informaciones se contradecían, como en todo caso de intoxicación informativa en el que la gravedad del propio hecho consume a los medios de una manera  compulsiva que  aturde más que arrojar luz . Los estudiantes habían sido acribillados, detenidos por la policía, entregados al narco, las versiones circulaban a toda velocidad mientras el gobierno mexicano (hacía mutis) y la indignación popular crecía.  Los periódicos españoles que se hicieron eco de la noticia  dibujaban un México caótico, tribal, salvaje en el que es imposible saber quién es quién y dónde el Estado mexicano se mostraba voluntarioso, aunque ineficaz, en la llamada "guerra contra el narco".




Una mañana de octubre las calles del DF se llenaron a rebosar al grito de "Vivos se los llevaron, Vivos los queremos". El lema, procedente de las madres de los desaparecidos de las dictaduras latinoamericanas, ponía el acento en el carácter político de la desaparición de los 43. Había estudiantes, profesores de universidad, padres, madres, familiares de desaparecidos, campesinos, activistas, periodistas, amigos de periodistas asesinados. Aquella marcha multitudinaria acababa con el sueño de Peña Nieto de convertir la masacre de Iguala en un mero aumento estadístico  en la cifra de los más de 24.000 desaparecidos (contabilizados) en México desde 2006. Los medios mexicanos abrieron al día siguiente con  la gran pintada que la marcha por Ayotzinapa dejó tras de sí en la plaza del Zócalo: Fue El Estado. 



Punto.  

¿Pero por qué iba el Estado querer  desaparecer a 43 estudiantes campesinos de un municipio guerrerense? ¿Qué podría tener el Estado contra los maestros rurales? Por muy contestatario que sea el programa de estudios de las normales rurales  ¿Tan peligrosos pueden ser para el sistema mexicano 43 estudiantes pobres e indígenas procedentes de la lejana comunidad de Tixla, en un estado empobrecido hasta la médula, y tan alejado, cultural y geográficamente de los grandes centros de poder? 






Desde esta orilla del Atlántico, la sola idea nos parece disparatada. Y así compramos el veneno confundido de las titubeantes informaciones que con cuentagotas llegan desde México sobre el caso de los 43. El aspecto doliente y herido  de los padres unido a  su discursos campesinos con grandes deficiencias de léxico y pronunciación, terminan de configurar un puzzle donde nos sentimos cómodos, cómodos porque podemos seguir sintiendo compasión, pero también condescendencia. Comprendemos su dolor, ¿quién no lo haría?, pero en el fondo sentimos que es un dolor analfabeto, es el dolor vengativo de quien se deja llevar por los impulsos primarios de rabia e indignación, no aceptan la propia muerte de sus hijos, por otro lado, es comprensible ¿cómo se puede  soportar una cosa así? Y así acabamos nuestra reflexión con una combinación  perfecta de  distancia etnocentrista y  prejuicios culturales. 

Pero ¿y si no fueran 43 padres? ¿ Y si fueran los padres de 24.000 personas cuya historia nunca ha sido contada? ¿Y si detrás de Ayotzinapa se abriera la tierra y salieran los muertos, los asesinatos selectivos, las desapariciones forzosas, el crimen político, la corrupción estatal en el comercio de droga? ¿En que se sustenta la economía del país? En las inversiones extranjeras ¿Qué tipo de empresas invierten en méxico? Sector energético. ¿En qué están interesadas las empresas energéticas? Recursos naturales ¿Dónde se ubican los recursos naturales? ¿En las grandes ciudades? No. En el medio rural, en zonas como Guerrero, Wirikuta, Oaxaca, Sonora, Michoacán. ¿Qué hacen los maestros rurales que se forman en las normales rurales? ¿Tener pósters del Che Guevara en su habitación? No. Oponerse al expolio de los recursos, defender los derechos de los campesinos y las comunidades sobre la tierra que trabajan y defender los derechos de la tierra, algo que por cierto, los occidentales que hemos pasado por la universidad todavía no hemos aprendido a hacer. 

Nochebuena. 

Mientras en mi casa se celebra la liturgia de la opulencia, alguien que saca el tema de los 43, asegura que los estudiantes fueron desaparecidos porque estaban metidos en temas de narcotráfico y fueron asesinados   en un "ajuste de cuentas". Fin de la cena de nochebuena. Colón vive. 
 Si, pero está el narco, "la guerra contra el narco", " el narcoestado" "la narcocultura". Bien pero ¿quién es el narco? ¿podemos llamarlo con nombres y apellidos? Porque si no podemos nombrarlo con nombres y apellidos sólo es un chivo expiatorio, un concepto folklórico sumamente violento con el que también nos sentimos cómodos porque es el problema de otro. Pero ¿y si las empresas españolas que invierten en México estuvieran coludidas con ese narco tan abstracto para llevar a cabo sus proyectos en tierras defendidas por las comunidades campesinas, como es el caso de Iberdrola en el istmo de Tehuantepéc? ¿y si el mismo presidente de la República mexicana al que nuestras autoridades (rey, ministros, presidentes, empresarios) reciben con alfombra roja, y describen como "gran intelectual de América Latina" fuera directamente responsable de algunos de estos crímenes, como es el caso de la detención ilegal y violación de cientos de mujeres en Atenco? 

Entonces ya no nos sentimos tan cómodos. Entonces empezamos a comprender  porque a México se le llama "la dictadura perfecta " y porque ese reino de la impunidad y la barbarie creyó, un 26 de septiembre, que la desaparición de 43 estudiantes pobres sólo era estadística. 

Se equivocaron. 

No contaron con la fuerza combativa de las normales, los padres, los movimientos universitarios, los movimientos sociales y campesinos,  los medios libres, los colectivos de derechos de humanos, no contaron con la fuerza de un país que ha aprendido a organizarse con la misma fuerza con la que es agredido. Porque algunas madres de los estudiantes desaparecidos son a su vez hijas de desaparecidos y eso es parte de la trágica historia de México y de América Latina, la desaparición de los futuros.

Un año después de aquella llamada, desde Redrum he dedicado el mes de septiembre a desentrañar las claves del caso de los 43 y  la situación de terrorismo de estado generalizado que se vive  en México . Pero no lo he hecho sola. No hubiera podido. Yo nunca he estado en México. Lo he hecho entrevistando y analizando la realidad mexicana a través de personas que la han vivido de cerca. He hablado con Lola Cubells, miembro del colectivo zapatista El Caragol, experta en derecho de los pueblos indígenas,  con ella hemos hablado de México y la vulneración sistemática de derechos humanos, también he hablado con Carlos Soledad, miembro de la Asamblea de Solidaridad con México y de la Plataforma Cies No, mexicano afincado en Valencia y experto en migraciones, él nos ha hablado de la historia política de México y de cómo se ha llegado hasta el crimen de Iguala. También hemos hablado con Javier Sánchez Gil, miembro del grupo de trabajo de México de la CGT que mantiene un estrecho vínculo con el zapatismo. Javier nos ha explicado las formas de lucha vinculadas al pensamiento zapatista y la relación entre represión y neoliberalismo. 

Un programa que traspasa lo político y lo cultural, donde a veces se me entrecorta la voz y no he querido editar o regrabar de nuevo, porque me gusta sentir que aún hay realidades que no sé como nombrar. Porque la verdad es que no tengo ni idea de cómo vivir con todo ese mundo que nos duele, porque no sé como proteger y cómo defender la vida en un mundo de muerte por fascículos, porque no se cómo se lucha lo que se lucha ni cómo se ama lo que se ama. Y a pesar de que dicen que el grito se lo lleva el viento,  a veces es lo único que nos diferencia de los siervos. 


miércoles, 26 de agosto de 2015

Redrum Blues: Lecturas Irreverentes

No estamos deprimidos, estamos en huelga .
La insurrección que viene . (Comité Invisible)

Drink sangría in the park 
(Lou Reed)





Este verano iba paseando con mi amiga Lola por el paseo marítimo de A Coruña, deambulando, sentándonos en los bancos a fumar y a hablar como locas de poetas, de libros, de sincronicidades extrañas, de física cuántica, de política, de amor y enfermedad, de patología y autoritarismo, de neurosis y pesadillas. A nuestro lado paseaban las familias felices y las parejas felices sin hablar de nada, en un silencio incómodo, en un silencio luminoso, saludable, regulado, equilibrado, razonable. A su lado un ejército de runners replicantes nos acechaban con su esfuerzo determinista  y agónico.  Rodeadas de una locura colectiva disfrazada de  normalidad, nos preguntamos ¿a qué cosas renunciamos cuando renunciamos a la oscuridad? De aquella reflexión delirante y malditista surgió la idea de hacer un podcast que fuera a la vez un antídoto contra convencionalismos y un mapa sonoro para adictos de la desadaptación y demás malformaciones afectivas. 

En este programa encontrarás  literatura que busca ser incendio, faro, clima, manifiesto, paradoja, enigma, geometría de infiernos conocidos: ¿Es posible la libertad sin sufrimiento? ¿ Qué separa la cordura de la locura? ¿Por qué unos son llamados locos mientras la sociedad participa de patologías masivas? ¿Por qué nací? ¿Por qué se conocieron mis padres? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué se supone que tenemos que hacer ahora que toda posibilidad se ha extinguido? ¿ Cuánto tiempo podemos seguir diciendo yo sin caer en un agujero? ¿Qué diferencia hay entre nuestra intimidad y una campaña de marketing? 

Iván Arlandis, Lola Mento, Asier Menéndez (El libro de Tobías) y Emilio Garrido han colaborado en este podcast en el que se han leído textos de :

- Francisco Jilguero  http://wwww.almacendeanalisis.com
- Cristina Martín (La Princesa Inca) http://laprincesainca.blogspot.com.es
- Pablo Fidalgo http://pablofidalgo.com
- Charles Bukowski 
- Las ciudades invisibles (Italo Calvino)
- La insurrección que viene ( Comité Invisible)
- We teach life, sir ( Raffef Ziadah)
- Shopenhauer

La música ha sido una parte fundamental del espíritu poético-subversivo del programa:

- Patty Smith (versionando Smells like a teen spirit de Nirvana) 
-Leonard Cohen
- Fabrizzio De André (versionando It seems so long ago, Nancy de Leonard Cohen)
- Las ciudades de Nacho Vegas
- Lana del Rey (versionando Chelsea Hotel de Leonard Cohen)
- Olafur Arnalds 
- Love will tear us apart ( Joy Division)
- Ánimo Valiente y Todos contra Todos de León Benavente 
- Paraísos artificiales de Nega (Los Chicos del Maíz) 

Te hacemos entrega de este pasaporte. A partir del momento en que le des al play estarás en territorio irreverente. Allí no rigen las leyes gravitatorias naturales y las palabras son océanos, galaxias, bicicletas.  Te recomendamos mirar por la ventana sólo si estás seguro de querer asomarte a tu verdadero yo.  La compañía no se hace responsable de que a partir de este momento te pierdas, decidas no volver o te hagas con las riendas de tu vida y pongas rumbo a un destino remoto e inaudito.

Vive Dada! 





sábado, 15 de agosto de 2015

LAS MUJERES DE THE NEWSROOM



De nada sirve negarlo. Si he conseguido sobrevivir al calor nuclear de los últimos días de Julio en Valencia ha sido gracias a la serie de Sorkin, que ya debí haber visto hace tiempo pero que con ese “lo vas dejando, lo vas dejando” fue retrasándose de una temporada a otra hasta que tuve ocasión de ver el piloto y quedarme prendada de ella modo yonki: es decir, a una temporada por día. Eso implica un estado de deterioro físico y social importante, pero en pleno holocausto climático lo primero me parecía secundario. La serie cuenta la quijotesca hazaña del canal de noticias Atlantis Cable News por hacer un periodismo de calidad en medio del reinado del amarillismo y la guerra de audiencias. Hasta ahí todo claro. Diálogos ingeniosos, política internacional y unos personajes magistralmente construidos ponen el broche a una serie que tiene el sello del mejor cine clásico: las comedias con guión de hierro que se rodaron entre 1929 y 1940 por grandes escritores de diálogos, genios humor del y la retórica dispuestos a poner el matiz dulce a una época amarga. Me refiero a Billy Wilder, Ernest Lubistch o Howard Hawks.

Pero lo que verdaderamente me ha llamado la atención es la construcción de los personajes femeninos de esta serie. Digamos que los tres personajes principales que vertebran las tres temporadas de The Newsroom son Maggie Jordan (Alison Pil), Mckenzie  Mkhale (Emily Mortimer) y Sloane Sabbith (Olivia Munn).

Sin duda, Maggie Jordan y Mckenzie Mkhale representan a la mujer contemporánea. Si bien cada una a su manera las dos responden al mismo arquetipo de mujer que se ajusta a las demandas de su tiempo, profesional competente, hiperperfeccionista y en constante conflicto con sus necesidades afectivas, que son: 1.tener una pareja, 2. tener una pareja que se comprometa formalmente (con anillo, mejor). Este conflicto entre un mundo afectivo sensible vulnerable y demandante de protección y su faceta profesional competente e incisiva se manifiesta en un histrionismo compulsivo e histérico que en el caso de Mckenzie se compensa por su superioridad en el campo profesional, pero en Maggie Jordan se hace insoportable precisamente por la inseguridad que acarrea en su faceta laboral.







 Mckenzie y Maggie son en realidad el mismo personaje con unos años de experiencia laboral de diferencia. Y así lo reconoce la propia Mckenzie en las primeras escenas del capítulo piloto, quien ve en Maggie un reflejo de sí misma en los inicios de su carrera laboral. El aplomo que mantiene Mkenzie en los momentos difíciles, su buen juicio periodístico y su apasionamiento que le hace ganarse el respeto de sus compañeros se hace trizas cada vez que su historia no resuelta con Will la pone fuera de control. Lo mismo ocurre con Maggie a quien además del modo en que su vida afectiva impacta en su trabajo hay que añadir descalabros, errores, inseguridades, despistes y la faceta innata para complicar hasta la saciedad opciones francamente simples. En este sentido, al menos profesionalmente Maggie es un personaje al que vemos evolucionar a lo largo de la serie.
Lo personal, por supuesto, sigue siendo su punto débil, al igual que Mckenzie.





No es que esto me parezca machista. En ningún caso me parece feminista. Y desde luego me niego a que sea realista. No soy de esa clase de mujeres que sueña con un anillo y una familia. No me considero rara por eso, y me niego a que la descripción de la mujer contemporánea encaje con el perfil que acabo de mencionar en el que las mujeres pese a ser guapas, listas y grandes profesionales no se sientan completas hasta que las ampara la seguridad matrimonial y la seguridad de tener tu propia descendencia. Pero por desgracia una gran mayoría se siente así. No sé en que momento empezó, sólo recuerdo que un día nuestras preocupaciones eran la cultura, la política y el cambio climático y de repente mis amigas sólo hablan de novios, de novios frustrados y de la necesidad de asegurar su propia descendencia. Sé que muchas dirán que no hay nada de malo en querer formar una familia y en la idea de compartir y todo eso. Pero bueno, es una opinión personal, es un tema de conversación que me sobra. Estoy cansada de ir a charlas de café sobre la idea de compartir y la crisis del compartir, y las que se han quedado colgadas de compartir y las que sueñan con volver a compartir, estoy cansada de ver a la gente reformar casas y organizar bodas. No tengo nada político en contra, entiéndanme. Simplemente es un mundo que no me interesa. Creo que un personaje como Mckenzie que en lo personal y lo político me cae muy bien ganaría mucho si simplemente no fuera arrastrándose por la redacción detrás de un anillo que le de sentido a su vida.


Y aquí va el tercer personaje de la serie: Sloane Sabbith. De Sloane Sabbith se ha dicho que representa la proyección de una fantasía erótica de Sorkin, el cuerpo de una mujer sexy con cerebro de hombre. Pero yo no creo que se trate de una masculinización. Sloane representa otro tipo de feminidad. Una buena profesional, con problemas de sociabilidad que no reniega de su sexualidad pero sí de las neurosis y convencionalismos que rodean el tema de la maternidad y el matrimonio. También se ha dicho que sus obsesiones geeks son poco realistas. Pero a mi lo que me parece poco realista es la construcción de arquetipos femeninos que nos intenten hacer encajar a todas en un mismo molde afectivo que pasa por complacer a los otros, compartir con los otros, comprarse casas con los otros y decir lo que los otros quieren oír. Sloane no tiene muchas amigas y se siente más a gusto con los ellos, pero no por un tema de misoginia sino de camaradería, y de autoconservación.










 Como toda rara avis, Sloane, es consciente de que está en minoría y de que si quiere hablar de anomalías económicas, y de cosas japonesas tendrá que hacerlo con un compañero del sexo opuesto. Sloane no se complica la vida, no hace grandes construcciones literarias de granos de arena y es fanática de las cosas que le interesan. Tampoco es un alma solitaria que haya jurado soledad, está dispuesta a asumir la existencia de sentimientos. Lo que no está dispuesta es a quedar para hablar de ellos y comprarse zapatos. Sloane es mi idea de lo que la nueva feminidad debería ser o al menos la feminidad con la que me identifico, no obviamente por sus espectaculares medidas, que a decir verdad su acentuación también me parece toda una manera de estar en el mundo, sino por la idea que hay detrás; alguien que ha abandonado la victimización, que es capaz de autogestionar su vida afectiva sin dejar un reguero de sangre o de whatsaps de por medio, alguien que asume con estoicismo sus errores y que no condena al sexo masculino (en general) por su falta de sensibilidad cada vez que un rollo le salga mal, alguien que no ve la soledad como una catástrofe y que no contempla el aburrimiento como posibilidad y sobre todo alguien que no está dispuesta a que ninguna hermandad de féminas sensibleras le diga cómo y qué debe hacer con su presente para tener un futuro prometedor y estable. Como si la estabilidad fuera algo parecido al destino...o una receta deseable. 



miércoles, 5 de agosto de 2015

No lo es, pero puede serlo : periodismo e idealismo.


Escribo, por las mismas razones por las que leo
porque no me encuentro bien. 
Juan José Millás 





Está de moda la ficción que nos descompone, que refleja y escribe el relato de los grandes temas de la contemporaneidad. En 1941 Humphrey Bogart mostraba en El halcón maltés el material del que están hechos los sueños, la ficción contemporánea insiste en mostrar el material del que están hechas nuestras pesadillas. Las utopías han sido sustituidas por distopías negras que explican un futuro cercano asfixiante donde no hay escapatoria ni lugar para la esperanza. Esa ficción es necesaria. Sin embargo, ante el riesgo de morir de un exceso de evasión cabe el riesgo de morir por un exceso de tenebrismo. No se trata de maquillar la realidad, sino de alumbrar horizontes. Y eso es precisamente lo que creo que hace The Newsroom, la serie de la HBO que he terminado de ver esta semana. Sé que es una serie contagiada de un idealismo épico, perversamente yanqui y tan infantiloide como inverosímil. También sé que a su creador, Aaron Sorkin, se le echa en cara construir personajes a través de los que filtra su propio discurso de la realidad a un ritmo de veinte líneas de diálogo por minuto y que también le han llovido críticas por utilizar acontecimientos informativos recientes, pero ya pasados, en vez de ubicar a la cadena de noticias Atlantis Cable News en el epicentro de la más rabiosa actualidad.

Sin embargo, hay que ser justos, la propuesta de The Newsroom es una de las más interesantes de lo últimos tiempos , no tanto por las respuestas que ofrece, ni por las recetas que da, que son muchas y abundantes (una versión escrita de las tres temporadas vale su peso en oro) sino por las preguntas que Sorkin en su “misión de civilizar” lanza: ¿cuál es la relación entre lo analógico y lo digital? ¿cualquiera puede ser periodista? ¿cómo influyen las redes sociales en el rigor informativo? ¿qué es el periodismo ciudadano? Especialmente interesante resulta el capítulo en que se aborda el estallido de Occuppied Wall Street porque refleja algo que muchos de los que estuvimos en el 15M, al igual que el personaje de Neal Sampat, intentábamos reconciliar: el rechazo de los activistas a participar en los medios por considerarlos cómplices de una estructura podrida a la que había que abatir y el deprecio de los medios hacia los movimientos sociales por las propuestas asamblearias y los intentos de construir un movimiento horizontal, sin líderes ni ambiciones electoralistas.








El papel de las mujeres en los medios de comunicación o la necesidad de caminar con paso firme detrás de un ideal, la existencia de líneas rojas o el quebrantamiento de las mismas son algunas de las líneas de discusión que pone sobre la mesa The Newsroom y que abren los grandes debates actuales entorno al periodismo ¿puede un presentador opinar y dar noticias a la vez? ¿es eso justo? ¿es deseable? ¿es necesario? ¿cómo se puede desempeñar tal tarea y al mismo tiempo rendir cuentas a una empresa privada con su propia línea editorial y a unas expectativas de audiencia?¿quién es Will McAvoy? ¿y qué tiene todo esto que ver con la obra que vertebra las tres temporadas de The Newsroom? Ni más ni menos que El Quijote.
Ladrán, luego cabalgamos, uno de sus versos más revolucionarios, da aliento a los trabajadores de Noticias Noche para lidiar una guerra con las audiencias y sus respectivas vidas disfuncionales, liderados por un apesadumbrado escudero, Will McAvoy, un conservador errático que es testigo de que el mundo que ha conocido está desapareciendo, y una aguerrida productora, Mckenzie McHale segura de que sea cuál sea ese mundo, necesita Notícias Noche.






La metáfora del caballero justiciero, aventurero, alucinado, moribundo, pero nunca del todo vencido representa quizás más que nunca al periodista vocacional que cree que tiene el deber de contar o revelar aquello que permanecerá oculto de cualquier otra manera.

Ese impulso es el mismo que lleva a muchos jóvenes periodistas a las fronteras con la muerte en Alepo y Kobane, porque alguien tiene que contar la historia, pero las historias, las fotos y los testimonios valen menos que en palabras de Galeano “la bala que los mata”.







Nunca matar a corresponsales ha salido tan barato, y así los periodistas, fotógrafos, freelances y corresponsables han pasado ha engrosar la larga lista de los nadies. Según el consejo de protección de los periodístas (CPJ) 81 periodistas han muerto desde que se inició el conflicto sirio, cifra que según Reporteros sin Fronteras asciende a 131 sumando a freelance y a bloggers. No tienen compañeros esperándoles en ningún lugar, no pertenecen a ninguna importante agencia de noticias y nadie va a poner el grito en el cielo cuando aparezcan sus cuerpos. Especialmente heroica es la lucha de los periodistas mexicanos por desentrañar la realidad del narcoestado, hacer lo que hacen McAvoy y los suyos es firmar una sentencia de muerte. Rubén Espinosa, el periodista asesinado esta semana en el DF lo sabía. Responsabilizó de su muerte al propio gobierno, huyó de Veracruz donde había recibido varias amenazas para refugiarse en la capital federal que creía lugar seguro. No sirvió de nada.




Ese mismo impulso, más cotidiano pero no menos heroico es el que lleva a jóvenes periodistas en nuestro país a trabajar gratis, a abrir blogs y a hacer podcasts. Movidos con una dosis de esperanza que también encierra en sí misma mucha incertidumbre y algo de locura: que algún día eso que es una pasión o una forma de vivir, se convierta, además, en un trabajo, y ese es el momento en el que la frontera entre el activista y el periodista precario se difuminan por completo.

Por supuesto, el idealismo de Sorkin tiene sus puntos débiles. De ninguna manera se puede entender que el periodista republicano y todo su equipo celebren sin el más leve ápice de duda la matanza de Bin Landen. Sobre todo después de pregonar su amor por las garantías procesales, su desencanto con la decrepitud moral del país y denunciar el extremismo del Thea Party, a quienes McAvoy llama “talibán americanos”. No, nos engañemos el objetivo de Sorkin no es desenterrar el patio trasero de la política yanki, sino apuntalar bien los cimientos del sueño americano.


A Sorkin se le ven las intenciones muy rápidamente. En la primera escena del capítulo piloto que abre la serie, durante una conferencia con preguntas del público Will McAvoy debe responder “¿Por qué América es el mejor país del mundo?” McAvoy no quiere contestar la pregunta. Pero finalmente creyendo tener una alucinación, o un ataque de vértigo, ve a Mckenzie entre el público con un cartel que dice “ It is not. But it can be” (No lo es. Pero puede serlo). La crítica incisiva de porqué América no es el mejor país del mundo da paso enseguida a la épica patriótica sobre las razones por las que sí podría serlo, o sí debería serlo. El sentido completo de la serie, su relación con el periodismo 2.0, la apuesta por posicionarse ante la realidad puede resumirse en esa leve indicación: “No lo es. Pero puede serlo”.






El periodismo todavía no es así. O ya no es así. No sabemos si es el mundo el que se ha oscurecido o nosotros los que hemos hecho un mal trabajo, pero los papeles del Washington Post que hicieron dimitir a Nixon hoy no le hacen cosquillas al status quo: dos grandes filtraciones en materia de seguridad nacional como Wikileaks y la NSA de Edward Snowden no han hecho que se tambalee el gobierno de Obama. En cualquier caso, hay gente que continua jugándose la vida para filtrar información, para hacer público lo que permanecería oculto de cualquier otra manera , para contar quién vende las armas a quién en un lugar recóndito del mundo. Todo eso ocurre, sigue ocurriendo. Y quizás esa sea la constancia de todo lo que aún puede ocurrir si algunos temerarios siguen empeñados en que lo que tenemos delante no son  molinos. 

jueves, 23 de julio de 2015

Las metástasis de Europa

"¿Dónde estabas tu cuando perdimos la guerra?"
(Nacho Vegas, Perplejidad)








La Tristura fue una compañía de teatro que una vez escribió una pieza que nos hizo estremecernos como aves recién instaladas en el mundo. La obra se llamaba "El sur de Europa. Actos de juventud". Y lo decía todo. Que Europa era un edificio difuso con distintas plantas, que la pulsión del acto de rebeldía se estrellaba contra la burocracia de la realidad y que ahí, justo en ese despertar de cemento desencantado es donde comienzan las catástrofes.

Aún así, creímos. Creímos que el gobierno de Syriza traía la esperanza del sur contra el gigante inflexible del norte, creímos que serían suficientes un puñado de verdades arrojadas en las plazas y en los bares, en los libros y en las redes, creímos que sería suficiente sólo un soplo de viento a favor y la inercia inagotable de la historia impulsándonos hacia adelante como locomotoras desbordantes de futuro. 

Pero el choque de trenes se produjo. La troika interpretó el referéndum como un desafío e impuso un castigo ejemplarizante, un tercer rescate, un callejón sin salida. Y volvió la teoría, eso que algunos llaman la "correlación de fuerzas" y que siempre he pensado que se compensa con una dosis extra de entusiasmo. Vimos la plaza Sintagma estallar con un OXI y a las pocas horas vimos de nuevo el cemento, Tsipras firmando lo que hasta días antes parecía difícil de concebir. Un acuerdo con concesiones terribles en materia fiscal, en pérdida de soberanía y  derechos sociales. Como consecuencia, un parlamento dividido, acusaciones y defensas, anuncios del Apocalipsis, análisis intrincados y el proyecto del Sur de Europa hecho jirones en la boca de todos los periodistas.





En Redrum no podemos pasar de puntillas por la historia, aunque esta nos desborde, aunque la estación esté desierta y no haya nadie al otro lado del vagón. Queremos comprender, te proponemos un viaje al interior de Europa, donde miramos con desazón y perplejidad a la última crisis griega, queremos saber quién es quién, quién defiende qué. Para ello entrevistamos al economista Eduardo Garzón, que ha accedido a atender nuestras inquisitivas demandas y nos ha aportado claridad y matices sobre estos días frenéticos de intoxicación informativa. Según Eduardo, todavía es pronto para saber si Tsipras se ha equivocado en la decisión, pese a que las condiciones de este tercer rescate sean muy negativas para Grecia. Eduardo nos aconseja mantener cautela a la hora de juzgar con dureza la decisión de Tsipras y alerta contra quienes le consideran un traidor, pues la firma de este tercer rescate se produce en circunstancias de extrema extorsión y chantaje. Por lo tanto hablar de negociación es incluso hacer un uso engañoso del lenguaje. 



En otro tren, tiempo atrás, comienza una de las películas que quizás más luz arroja sobre la verdadera identidad de Europa : "Europa" de Lars Von Trier. Filmada en 1991, en plena efervescencia  del proyecto de integración europeo, Lars Von Trier pone de relevancia los cimientos podridos sobre los que se estaba construyendo el proyecto de moneda única. Más allá de la provocación que supuso titular Europa a una película que hablaba sobre la historia de Alemania, y la pervivencia de guerrillas nazis en el recién liberado Berlín de 1945, la película es una sesión de  psicoanálisis colectivo, del funcionario burocrático, el peligro de la obediencia kafkiana a las normas como cultura y la frontera entre la neutralidad y el idealismo. 


Nuestra siguiente parada es en territorio distópico, cuidado con el desnivel entre la  la realidad y la ficción, parece grande pero ya se sabe que hay menos distancia de la aparente. Álvaro Martín Ángulo nos propone la serie británica "Humans" un cuento de terror y ciencia ficción entre robots y familias, máquinas y almas. 



En "Otras voces, otros ámbitos" os proponemos el #podcast "Del sofá a la cocina" un programa sobre series, cine y otros placeres gastronómicos que corre a cuenta de Valentina Morillo y Dani. Un podcast ameno y desenfadado por donde han pasado casi todas las series de ficción contemporáneas, propuestas con entusiasmo, gusto y sin spoilers. 

Aquí acaba el recorrido del viaje de hoy. Europa queda al fondo como un horizonte  al que no sé si nos dirigimos o del que nos alejamos, pero mientras tanto, mientras dure el recorrido, agónico o esperanzado, seguiremos emitiendo. Pues la historia no pertenece a quien gana las batallas, ni a quien cierra los bares, sino a quien escribe el mejor relato.  Nuestro mejor relato.



"Nos hemos quedado en Europa definitivamente
y eso es lo que distingue nuestro odio
del odio de los demás.
Si me he tomado el tiempo de explicarte esto
es para que entiendas que sé llegar a cualquier sitio,
y que como tú dijiste un día la geografía me salvó.
Sigue un poco más y ya estarás en casa.
Por la mañana abrirás la ventana
y verás la nieve sobre la que hoy volaste."

(Pablo Fidalgo, Mis padres Romeo y Julieta) 

viernes, 17 de julio de 2015

Sils María; la niebla y el tiempo.












La serpiente de Maloja es un fenómeno climatológico exclusivo de una pequeña población de los Alpes, Maloja, situada en la zona de Sils María. Se trata de unas nubes extrañas que descienden por debajo de las cumbres de las montañas, casi atravesando los valles y formando una capa espesa de masa blanca similar a la forma de un reptil que se va alargando por el interior del valle. Este fenómeno fue captado  en el año 1924 por el documentalista Arnold Fanck en el documental “ Das Walkenphänomen vom Maloja”. La obra de este pioonero es desconocida en parte por su singularidad, pero sobre todo por su colaboración abierta con la propaganda nazi. Los fenómenos atmósfericos son como las emociones. O más bien al revés, las emociones son fenómenos atmósfericos que del mismo modo que la serpiente de Maloja nos acechan se alargan a través de nosotros, nos atraviesan, anticipan sucesos y desaparecen. En este caso la llegada de la serpiente es identificada por los habitantes del lugar con la llegada del mal tiempo, del invierno. Algo que el hombre contemporáneo ha convertido en un presagio de malos tiempos, de desgracias. La niebla enturbia la mirada y distorsiona las coordenadas del espacio y tiempo, donde parecía que caminábamos recto lo hacíamos torcido, el atajo era en realidad un pesado camino, y el camino de llegada era y es siempre un camino de regreso.





A una conclusión parecida llegó Nietzsche cuando escribió, precisamente envuelto de las nubes de Sils María, su teoría del eterno retorno. Una encuesta etnográfica realizada en el año 2010 demostraba que una de las cuestiones que más preocupaba a los estudiantes respecto a los temas que estudian en su formación escolar es si la historia se repite. Hay quien cree que lo que Nietzsche quiso decir fue que el ser humano siempre regresa a su punto original, pero la reflexión se extendía a un sentido colectivo. Por encima de las nubes de Sils María Nietzsche creyó comprender, en un episodio de inspiración febril, que el camino que realiza el ser humano por el deambular de los siglos es siempre el mismo, circular y tendente a repetirse una y otra vez sin posibilidad de escapatoria, como si la historia estuviese contagiada de una niebla perpetua que confunde principios y finales, finales y principios.








La película de Olivier Assayas “Las nubes de Sils María” es la historia de dos personajes, que a la vez son dos actrices, dos tiempos ( el tiempo acabado simbolizado en el nombre de la actriz adulta Maria Enders, y el tiempo valiente de la joven ayudante Valentine) y dos maneras de entender la cultura ( la alta cultura francesa encarnada por Juliette Binoche, y la cultura popular y el fenómeno viral de la que es heredera Kristen Stewartt). Pero sobre todo, “Las nubes de Sils María” es una historia sobre cómo esos personajes quedan afectados por un determinado estado atmosférico que son las propias nubes del lugar, el texto teatral que ensayan, la araña que se cierne sobre sus propias vidas mezclando presente y el futuro, la realidad y la ficción en un único tiempo; el no tiempo, en un único espacio; el discurso; y en un único personaje: un sólo ser : la actriz, en dos momentos distintos de su vida, la historia es destino. 



Densa y confusa como la niebla que contienen sus imágenes, como si cada palabra de su texto pesara, la película disecciona las inseguridades y las heridas de esa cronología , del tiempo joven y el tiempo maduro en una corriente unida por la serpiente, que teje el círculo de la espiral perpetua.

¿Este es un mundo en el que ya no hay sitio para quien decide vivir ajeno a su tiempo? Algo que también se planteó el propio Nietzsche en “Consideraciones Intempestivas” cuando afirmaba que para “ver” el tiempo presente es quizás necesario estar un poco desencajado de él, ajeno a él, no implicarse en su ritmo febril, sorprenderse ante su aceleración histérica, resguardarse de sus ruidos fugaces ¿Se puede vivir en “la nada” como el personaje interpretado por Juliette Binoche? ¿Somos el resultado de nuestras propias profecías?


Iba pensando en todo esto a la salida del cine, cuando sin darme cuenta me di de bruces con el portal de su casa, o el portal que había sido su casa, o el portal de la casa de sus padres, porque la verdad es que hace ya años que no sé dónde vive. Pero recordaba ese portal y esa casa porque hay itinerarios de las ciudades que una esquiva, evita o celebra . Y en mitad de esa noche de verano, vi las nubes pegarse al asfalto de la calle con una humedad dudosa y vi extenderse silenciosamente la serpiente de Maloja a lo largo de desiertas avenidas de palmeras donde una vez fuimos niños y fuimos adolescentes y fuimos felices de una manera destructiva y antisocial pero al fin y al cabo, nuestra. Porque entre nosotros y nosotros mismos la vida nos obliga a ir superponiendo capas, capas de gestos forzados, capas disimuladas, capas de deberes cumplidos, capas de niebla incrustada, bajas presiones ajenas. Sólo entonces me di cuenta de que hacía mucho rato que ya no pensaba en la película y que estaba sentada llorando, en el bordillo de un portal. No todos tenemos los Alpes a nuestro alcance. 

Nunca los hemos tenido.