Podríamos decir de Fatih Akin que es
un cineasta preocupado por cuestiones políticas, lo que no le
convierte en un cineasta político. La complejidad de los personajes
y sus relaciones, a menudo tan extremas como las diferencias entre
Hamburgo y Estambul, se colocan siempre en primer lugar, sobre las
cuestiones sociales, que son el tapiz sobre el que Akin teje sus
tragedias. Y digo teje porque su manera de narrar tiene mucho de la
habilidad de combinación de tonos, vidas y motivos propios de esta
antigua actividad artesanal.
Quizás en Al otro lado, esto sea más
evidente que en ninguna de sus otras películas. Aquí Fatih Akin
cuenta la historia de seis personajes que habrán de realizar un
viaje territorial, emocional, cultural e incluso político hasta un
llegar a un lugar que no les es propio. Al otro lado literalmente
invita a pensar en cruzar, en llegar al concepto opuesto de algo. Por cierto, noción que ya aparecía
en su anterior incursión, el documental Cruzando el puente. De
lo que podemos inferir que la intención del autor es tender una vía
de comunicación , acercar posturas, situar lo más cerca posible a
sus dos culturas maternas, ni más ni menos, que Oriente y Occidente.
La
idea de viaje, que emprenden todos los protagonistas de esta historia
ya nos pone en contacto con un proceso de transformación. Sin
embargo, no todos los personajes realizan el mismo viaje: hay quien
emprende un viaje de regreso, el viaje de Ulises, entre ellos: Neyat,
el profesor universitario que decide volver a Estambul cuando su
padre mata accidentalmente a su nueva mujer, una prostituta turca ,
el viaje de ese padre una vez ha salido de prisión y ha leído un
libro que su hijo le regaló en el pasado y al que nunca había dado
importancia. Pero también están los personajes que emprenden un
viaje de búsqueda, la búsqueda de la identidad perdida : el viaje
de Edipo. Este es el viaje de Ayten, quien perseguida por las
autoridades turcas tras haber participado en una huelga de
trabajadores huye a Alemania en busca de su madre,que no es otra que
la prostituta turca, el viaje de Lotte de Alemania a Estambul en
busca de Ayten que ha sido deportada, y por último el viaje de la
madre de Lotte a Estambul, una vez ha muerto Lotte, dispuesta a
ayudar a Ayten tal y como quería su hija.
Lo
que me interesa de la estructura de Al otro lado es que no se trata
de un mero ejercicio de estilo de narrativa contemporánea de
historias cruzadas y tiempos simultáneos, sino que la estructura narrativa está
estrechamente ligada con el significado de la historia.
He
nombrado aquí a dos personajes de la herencia clásica: Ulises y
Edipo, precisamente para hacer notar la relación tan estrecha que
hay entre cada una de las historias de la película y el concepto de
tragedia . Al otro lado es en efecto una tragedia clásica porque
los sucesos que se encadenan entre sí y dan como resultado el
desenlace final del filme, no lo hacen según las lógicas del azar y
la casualidad sino de la predestinación. Y la noción de destino,
está estrechamente unida al concepto de tragedia. Los héroes
clásicos se rebelan contra el destino que han designado los Dioses
para ellos . Al conocer la predicción del oráculo, Edipo huye
aterrado convencido de que así podrá evitar el cumplimiento de la
predicción y no matará a su padre ni se casará con su madre y es
precisamente este miedo el que provoca el irremediable cumplimiento
del terrible designio.
Del mismo modo, Neyat viaja a Estambul, se niega aceptar el futuro negro que le espera a Ayten, sin nadie que se ocupe de ella, ni le pague los estudios, y decide subvertir este designio buscando a la hija de la difunta prostituta. Sin embargo, será precisamente este viaje el que le aleje de Ayten ya que como el espectador sabe en este momento de la película, Ayten no está en Estambul. Luchar contra ese destino, no hace sino más favorable el cumplimiento de éste. La lógica de Al otro lado no es pues la del azar sino la de la fatalidad irreparable.
Este fue el debate que se suscitó en el coloquio de la película hace un mes cuando clausuramos el ciclo de cine Punt de Mira en el Espai Mediterráni del MUVIM en Valencia con Al Otro Lado. El destino tiene mala fama entre los defensores de la libertad, cosa perfectamente comprensible porque significa negar el libre albedrío de los individuos y reafirmar el determinismo de unas normas establecidas de antemano por unas leyes superiores y desconocidas para el hombre. Pero lo que se trata aquí no es de juzgar el estatuto ético del destino, sino si su lógica opera o no dentro de la narración de Al otro lado.
Neyat, el profesor universitario que luego conocerá a
Lotte, nunca llegará a conocer a Ayten, del mismo modo que Ayten nunca
llegará a saber sobre la muerte de su madre, sólo el espectador
conocerá todos los detalles sobre las dos tramas, es decir, ninguno de los dos protagonistas consigue ninguno de sus objetivos iniciales . Y es precisamente a través del no cumplimiento de estos objetivos que consiguen otros, otros que no estaban previstos ,que les llevan a otros lados, quizás más importantes. Esta lógica es la esencia de la narrativa de viajes, y la esencia misma de la Odisea; el objetivo principal de Ulises es llegar a Ítaca, sin embargo en la medida que este objetivo se ve frustrado o se dilata en el tiempo el héroe clásico va consiguiendo otros, encontrando otros, va realizando el viaje. Las dos tramas de Al otro lado están cerca, precipitándose la una justo al lado de la otra, pero
sin llegar nunca a colisionar. La clave está en una escena que se
repite dos veces en la película.
Se
trata de una de las clases de literatura alemana de Neyat en las que
cita a Goethe :
“¿Quién quiere ver una rosa florecer en pleno
invierno? Cada cosa tiene su momento, las hojas, los capullos, las
flores... Sólo un loco podría desear semejante embriaguez a
destiempo”
La cámara enfoca a una alumna que se ha quedado
dormida. Más tarde comprendermos que se trata de Ayten, cuando la película retome la historia de Ayten.
Estas
palabras no son en absoluto casuales en el curso de la historia sino
que nos develan el sentido esencial de la misma. La razón de que la
búsqueda de Ayten en Alemania y su madre no se encuentren en ese
momento pese a estar tan cerca, no se debe a la casualidad, sino a la
causalidad, tal y como revelan los versos de Goethe, estaria
tieniendo lugar un suceso a destiempo. Si ese encuentro entre madre e
hija tuviera lugar, el resto de viajes no se producirían, nadie se
pondría al otro lado.
Alguien
puede objetar que se hubiesen salvado dos vidas: la de la madre de
Ayten y la de Lotte, pero ahí está la esencia misma de la tragedia,
no se puede escapar de la fatalidad.Estas muertes estan relacionadas
con un concepto que también se nombra en la película: el sacrificio
de los inocentes. Dos inocentes deben ser sacrificados para que se
complete el círculo de la historia: este círculo es que
Ayten,turca, acabe teniendo una madre alemana (la madre de Lotte) que
de ningún otro modo tendría, y que Neyat ( hijo de emigrantes
turcos) se reconcilie con las costumbres turcas de su padre. En la
película este sacrificio aparece simbolizado en la escena en que
Neyat le cuenta a la madre de Lotte que los hombres de Estambul van a
la mezquita a calebrar el sacrificio de Ibrahim, momento en el que la
madre de Lotte le recuerda que esta fábula, el sacrificio de
Abraham, es el único elemento común en las dos religiones.
Como
ya hemos visto, la sucesión de los acontecimientos era inevitable.
¿pero cuál es el sentido último de esta inevitabilidad? Lo que
Fatih Akin está subrayando con este final es que las dos culturas
están destinadas a entenderse, que hay tantos turcos en Alemania, y
tantos alemanes turcos que es imposible desligar las dos culturas. Es imposible que Turquía y Alemania persigan un destino propio y separado.
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