sábado, 27 de junio de 2015

Wayward Pines: el enemigo interior.



La enfermedad actual  consiste precisamente en la normalidad,
donde mayor es la claridad domina secretamente lo fecal. 

Theodor Adorno





A veces,  lo más inquietante de lo inquietante es no encontrar una explicación para la inquietud. En la pequeña localidad de Wayward Pines todo parece idílico y exultante, sin embargo, es precisamente esta apariencia de absoluta falta de perturbación la que nos hace sospechar. A pesar de sus sonrisas amplias y sus diálogos elocuentes a Ethan Burke, recién llegado al pueblo para resolver la desaparición de dos agentes del servicio secreto, le da la impresión de que todos sus habitantes esconden algo, quizás todo el pueblo este construido sobre la base de un gran misterio. Tras las dosis de entusiasmo con que cada vecino de Wayward Pines parece celebrar su lugar en el mundo, se encuentra un atisbo de miedo, de terror a la intimidad, al contacto con el otro y con uno mismo. 

La serie basada en la novela de Blacke Crouch y producida por M. Night Shyamalan, quien también dirige el capítulo piloto, empezó como un thriller psicológico en los que el individuo y la comunidad juegan un importante tour de force para para vencerse mutuamente. La felicidad como imposición y  la normalidad como retrato de lo falsario son algunos de los temas que aparecen transversalmente en los primeros cinco capítulos de la serie y que nos invitan a hacer algunas interpretaciones de esta distopía contemporánea en clave filosófica. ¿Nos sirve Wayward Pines como símbolo de la sociedad americana actual? 

 En el podcast de esta semana hemos querido analizar los puntos fuertes de la serie,  la atmósfera claustrofóbica e irrespirable, la ambientación del pueblo y la puesta en escena de lo inquietante a partir del contraste entre la postal sobreactuada y la realidad . También hemos analizado sus fallos: especialmente  en el guión y en la construcción de los personajes. Nos hemos preguntado sobre su posible crítica política y sobre la deriva que puede tomar la trama a partir del capítulo cinco donde aparentemente se resuelven todos los interrogantes que se iniciaron con la llegada de Ethan a la misteriosa localidad. 

Ahora bien ¿Nos resulta creíble esta explicación? ¿Será la explicación real o se trata de una trampa narrativa? 

A continuación algunas pinturas de Hooper que tan bien retratan el estatismo inquietante del sueño americano y unas fotografías de Gregory Crewdson cuya mirada sobre los rituales del american way of life también me parecen que representan muy bien la perturbadora ambientación de la serie.








(fotografía de Gregory Crewdson) 


 (fotograma de Wayward Pines)

2 comentarios:

  1. Interesante post sobre una -parece ser- inquietante serie televisiva. No he visto nunca esta producción, pero lo que dices sobre ella y el reflejo que hace de la sociedad americana evoca en mi mente las novelas de Paul Auste que también recurre a Hooper para presentar este estatismo de la american way of life.
    Un abrazo cordial

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  2. Auster es imprescidible para entender a Lynch y la ficción contemporánea. A mi manera de ver, también Capote. Recomiendo la serie aunque probablemente no es tan inquietante como podría ser, tiene una buena premisa que no creo que acaben de aprovechar a fondo, sin embargo es una serie que se ve muy bien y que merece alguna reflexión. Ahora, si tienes que decidir entre varias, bajo mi punto de vista es mucho más perturbadora (y literaria) The Leftovers. A cada persona que me dice que ha llegado hasta el final, la miro con más respeto...demoledora. Un saludo Juan Carlos, invitado estás a escuchar el programa y dejarnos tu opinión cuando la veas.
    Carlota

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